Rosquillas glaseadas

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Receta de Rosquillas glaseadas

Rosquillas glaseadas

Con el cuento de no ser muy aficionada a los fritos, no tenía una receta  de rosquillas  de esas que comes  una y otra vez y siempre quedas con ganas de más. Pues al fin la he encontrado, y la verdad...  no se si me alegro, porque son adictivas, y eso es un verdadero peligro para personas como yo que se pasa la vida luchando con las lorzas... por no hablar de lo mal que me sienta el gluten! Pero pese a todo de vez en cuando hay que darse un homenaje... y mucho más si estamos en carnaval y encima con pandemia.  
Así que remordimientos fuera, un poquito de jardinería... y vivan estas rosquillas que están... más que buenas!
Rosquillas glaseadas
Ingredientes:
  • 460-500 g de harina
  • 2 cucharadas soperas rasas de polvo de hornear (15 g)
  • 1 cucharadita de bicarbonato
  • 3 claras
  • 2 pizcas de sal
  • 4 yemas
  • 1 limón (ralladura)
  • 25 g de azúcar (optativo)
  • 125 ml de aceite suave
  • 75 ml de anís 
  • Aceite  de oliva suave, o de girasol
  • Piel de limón
  • Papel de cocina 
Glaseado:
  • 200 g de azúcar glas
  • Zumo de limón 
  • Clara de huevo
Elaboración:
  1. Tamizamos 460 gramos de  harina con el polvo de hornear  y el bicarbonato. 
  2. Montamos las claras a punto de nieve con la sal y sin dejar de batir añadimos las yemas, cuando estén bien mezcladas ambas cosas, incorporamos la  ralladura, el azúcar, el aceite y el anís, todo progresivamente,  y a la vez que seguimos batiendo.
  3. Incorporamos la mezcla de harina y mezclamos primero con una espátula y posteriormente con las manos, queda una masa blandita que se separa de las paredes del recipiente y de las manos, si se pega, le añadimos una pizca de harina y seguimos amasando, hasta que la masa se desprenda de las manos. (yo he hecho estas rosquillas varias veces y solo una vez he tenido que añadir una pizca de harina). Cuando la masa esté en su punto, moldeamos una bola, la introducimos en el recipiente y la dejamos reposar un par de horas.
  4. Transcurrido el tiempo, amasamos suavemente unos segundos.  Y llegó la hora de dar forma a nuestra masa, para ello cogemos una pequeña cantidad,  formamos una bolita del tamaño de una nuez pequeña,  con las manos;   hacemos un agujerito en el centro  y ya tenemos una rosquilla. Otra forma de hacerlas partiendo de la bolita,  es hacer un churro con ella y luego unirlas. Con esta segunda forma, al freírlas no quedan tan perfectas como las anteriores, pero resultan muy divertidas, de hecho yo son las primeras que como.
  5. Cuando todas las roquillas estén formadas, ponemos un cazo al fuego con bastante aceite, las rosquillas deben quedar totalmente cubiertas. Calentamos con la piel de limón, sin que llegue a humear. Introducimos 2 o 3  rosquillas que se hundirán, a medida que vayan subiendo a la superficie y adquieran un color dorado las giramos y vamos introduciendo otras para que el aceite no se caliente demasiado. Cuando estén totalmente doraditas, las sacamos y las ponemos sobre papel de cocina para que se escurra toda la grasa. una vez escurridas las colocamos en una bandeja y dejamos que se enfríen.
  6. Para el glaseado, mezclamos el azúcar glas, 1 cucharada de clara de huevo y zumo de limón (se puede poner otro cítrico, anís o otro licor, agua, etc). La textura depende un poco del gusto. Yo prefiero que queden con un velo sutil, por lo que lo hago tirando a liquido, las introduzco dentro del recipiente, las escurro y las coloco sobre una rejilla para que se sequen...  Están divinas!
Y ya que estamos con rosquillas, os dejo otras dos recetas, diferentes entre si y con la de hoy, pero  riquísimas ambas.


Rosquiñas anisadas


Girelle di carnavale


Rosquillas glaseadas




¡Buen fin de semana!



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